Empezó a rodar oficialmente el
balón para Colo-Colo en el Torneo de Transición y ya en el primer desafío 2013
el rival de turno literalmente nos mandó a guardar la pelota por donde se les
vino en ganas… ¡Tal cual!. Porque ni aunque quisiéramos hacernos los lesos, lo
cierto es que el Cacique debutó ante Cobreloa en tierras nortinas y
sencillamente lo hizo de la manera más desastrosa que se pueda recordar: Siendo
derrotados, goleados y humillados por el rival.
Con una oncena que prácticamente
viene siendo “lo mejor” que ByN pudo brindarle al técnico para el presente año,
el Cacique fue superado por un ordenado e impetuoso cuadro loíno que desde
comienzo a fin fue indiscutiblemente superior al equipo de Labruna. Y aunque
Colo-Colo mostró en los últimos quince minutos un atisbo de repunte con la
anotación de Olivi y el autogol de Suárez, los hechos demostraron que el Albo
nunca supo poner en jaque a la escuadra nortina.
Con Lobos en portería; Fierro, Delgado,
Vilches y Domínguez en defensa; De La
Fuente y Pavez en trabajos de contención; Vecchio como
volante de creación, y Hernández, Muñoz y Flores en la ofensiva. El 4-2-1-3 de
Labruna parecía ser un planteamiento que en el papel garantizaba un equipo con vocación
ofensiva en la altura de Calama… Sin embargo nada de eso ocurrió.
Ni con cuatro hombres en el fondo
fuimos lo suficientemente ordenados y eficientes a la hora de defender, ni con
tres hombres en delantera fuimos lo medianamente inteligentes a la hora de
hacer daño en arco rival.
Porque recién nos acomodábamos
para disfrutar del debut del Popular, cuando a los 4 minutos el cuadro nortino
ya se había generado dos claras opciones de gol que eran un presagio de lo que
vendría más adelante.
Minutos más tarde vino la
lamentable lesión de Fierro que permitió el ingreso de Rieloff, y cuando el
reloj ya se acercaba a los 20 minutos, los avances de Cobreloa no dejaban de
ser una constante.
Los hechos demostraban que Colo-Colo
hacía agua en el medio campo y los
ataques loínos llegaban a las barbas mismas de Eduardo Lobos. Los centrales
estaban impávidos tras cada embate de los rivales y nuestros laterales eran reiterada
y fácilmente superados en el duelo hombre contra hombre.
Así vino el primero de Cobreloa.
Mal despeje de Vilches que llegó a los pies de un rival, éste tuvo todo el
tiempo del mundo para acomodarse y escoger un palo, y tras la pasividad de
centrales y volantes, vino el zapatazo que hizo estéril la estirada de Lobos.
¡Es cierto! A los 31 minutos
tuvimos la opción más clara –y tal vez la única- del primer tiempo, pero
Rieloff –como de costumbre- hizo cualquier cosa menos lo que parecía lógico:
Pegarle al arco.
Con la desventaja del Popular por
0 a 1 los
equipos se fueron al descanso.
En la segunda etapa las cosas debían
cambiar, pero solo tuvieron que transcurrir cinco minutos del complemento para
que viniera la debacle del Cacique.
Tras una innecesaria falta en
plena área Colocolina, el árbitro pitó la pena máxima y aunque se debió repetir
el lanzamiento, el equipo nortino se puso en ventaja por 2 a 0, resultado que a esas
alturas hacía todo cuesta arriba.
Nuestros jugadores aturdidos no
terminaban de sacudirse del golpe propinado por los naranjas cuando vino el 3
a 0. Ya a esa altura parecía inexplicable que tras un
nuevo avance por la banda de Domínguez, el balón terminara -y sin ninguna
oposición- en el fondo de las mallas…
A los 57 minutos se volvió a
repetir lo ya descrito. Complicidad absoluta del lateral colombiano que viene
mostrando un inaceptable rendimiento. Pasividad de los volantes de corte que miraban
como los rivales superaban las barreras defensivas, y un flojísimo desempeño del central por
izquierda Leandro Delgado que dio todas las licencias para que los atacantes
nortinos patearan frontales a portería, lo que permitió que Cobreloa se pusiera
cómodamente 4 a
0.
¡Rabia, impotencia y mucha
pena!... Para qué decir la cara de Omar
Labruna y de los integrantes del cuerpo técnico que prácticamente lo decían
todo.
En ese minuto de acordé de la
columna que escribí la semana pasada (titulada “La advertencia de Labruna”) en
donde expresé la preocupación personal -y objetiva- por la suerte que podría
correr Colo-Colo conforme a la incapacidad (y/o negativa) de los dirigentes
ante la necesidad de reforzar al equipo 2013.
Porque si Labruna a fines del
2012 expresó la imperiosa necesidad de reforzar a su plantel en defensa y en
contención, el duelo de este domingo terminó siendo el más claro ejemplo de lo
que el técnico solicitó y no se le cumplió. El argentino advirtió las falencias
del plantel de cara al presente torneo, pero solo personas testarudas e
ineficientes, como lo son los miembros de Blanco y Negro, no advirtieron el
llamado a reforzarnos.
Con muy pocas cosas por hacer la
banca Colocolina se movió y en el minuto 60 se produjeron los ingresos de
Fuenzalida y Olivi. Los llamados a salir fueron Flores y Hernández
respectivamente. Mientras el primero sigue sin asumir un rol activo y
preponderante en el equipo, el segundo simplemente brilló por su ausencia
(hecho nada extraño tomando en cuenta que el refuerzo se caracteriza por la
intermitencia y los laguneos en su juego).
Pero como si el abultado marcador
no fuera suficiente y las flaquezas defensivas no fueran del todo convincentes,
en el minuto 66 y tras cuatro intervenciones loínas y ninguna Colocolina, y en nuestra
propia área (incluso con taquito incluido) el equipo naranjo se puso 5 a 0 en el marcador.
Sin mucho más que perder el
cuadro de Colo-Colo se fue en demanda del arco de Palos y en una jugada
individual de Vecchio (extraviado e impreciso en la cancha) el árbitro cobró un
clarísimo penal que Olivi lo convirtió en gol.
A los 77 minutos jugada de
Domínguez que encaró y luchó el balón, lo que permitió la habilitación a Olivi
y con zapatazo venció por segunda vez al pórtico loíno, gracias al desvío de
Suárez que permitió que el balón terminara en las redes.
Con los descuentos no vino mucho
más y el partido finalizó con un 5
a 2 en contra.
De ahí en más empezaron las dispares
reacciones de los hinchas Albos por la dolorosa derrota. Algunos se descargaron
directamente en contra del técnico Omar Labruna, incluso pidiendo su dimisión
del cargo. Otros hicieron caer su ira en los paupérrimos rendimientos
individuales de los protagonistas, y un número importante enfocó la crítica
descarnada en contra del trabajo de Blanco y Negro.
Frente a este punto, personalmente
creo que hay de todo un poco. Ciertamente que Labruna tiene mucho que corregir
ya que al momento de aceptar el cargo de director técnico de Colo-Colo lo hizo
asumiendo todos los pro y los contra
que eso significa. El argentino se hizo cargo de un plantel que no conformó y
bastante se mejoró con su trabajo. Para este año el técnico no tiene excusas ni
justificaciones, pero no se puede soslayar que tiene un plantel prácticamente
idéntico al del año anterior, el cual mostró deficiencias que no fueron
subsanadas.
Los jugadores inobjetablemente se
merecen más que un tirón de oreja. La pretemporada ya terminó, la competencia
por los puntos ya se inició y los discursos se tienen que traducir de una vez por
toda en los rendimientos individuales y colectivos que tanto se esperan.Sin embargo, si hay un plantel
desjerarquizado, sin identidad y sin las alterativas que el técnico solicitó.
Si escuchamos las declaraciones de Carlos Tapia y de Juan Gutiérrez que no se
cansan en exigir campeonatos, mientras su inoperancia es gigantesca.
Si estos
mismos insisten en hacernos creer que el plantel es competitivo y que esta
derrota es una simple caída. Y si además de todo esto, la relación del cuerpo técnico
con algunos regentes de la
Concesionaria ha llegado a las agresiones físicas, entonces déjenme
decirles que no cabe duda alguna que la responsabilidad principal del presente
de nuestro Club es de quienes dicen administrar a Colo-Colo.
Porque desde que Blanco y Negro
está a cargo del club, la derrota de ayer viene siendo una historia repetida, y
conociendo el actuar de estos sátrapas, no sería extraño que ante una nueva
derrota los ineptos dirigentes ahora sí se decidan a contratar algún central o algún
contención…. ¡Pero claro!, como ha sido la costumbre, siempre regateando y
buscando comprar lo más baratito.
Hola,
ResponderEliminarMe llamo Liliana Costa y soy una redactora freelance que colabora con una de las principales webs de avisos de Chile.
He visitado alboadictocc.blogspot.com y me gustaría proponerle una pequeña colaboración en materia de contenidos.
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Le agradezco de antemano su respuesta y le deseo un buen día.
Atentamente,
Liliana Costa