El fútbol por los puntos comenzó y lo de este domingo en el Estadio Monumental fue un estreno del Apertura para el más absoluto olvido. Con un pobre y deslucido empate de 0 a 0, el debut de Colo Colo terminó por dejarnos aun más preocupados a los 17 mil espectadores que llegamos a una calurosa tarde en la Ruca.
Y es que Ivo Basay y los jugadores sabían de lo imperioso que era empezar ganando en el torneo. Y de lo exigente que estaríamos los hinchas para este semestre. El Colocolino viene de hace varios años pasando malos ratos, con fracasos, desiluciones y expectativas no cumplidas. A los hinchas se nos ha mentido mucho, haciéndonos creer que con jugadores de medio pelo o entrenadores sin los méritos suficientes, se va a revertir el mal período reinante. Sin embargo las cosas no han funcionado y la preocupación que queda es si realmente de la manera que vamos, irá a resultar o no.
De lo mostrado durante la pretemporada, varias cosas fueron las que quedaron con un enorme signo de interrogación. Muchas de ellas son la eterna herencia de los años anteriores. Y lo preocupante es que el cuerpo técnico no supo leerlas ni solucionarlas de la manera más acertada para este semestre. Es así como el tema del pórtico -reiteradas veces analizada en este blog- es un asunto que persiste y que recién Blanco y Negro pretende enmendar.
Otro tema de nunca acabar es el vacío que existe en la contención. En la actualidad el plantel dispone de muchos nombres para esa posición, sin embargo, ninguno de ellos es absolutamente indiscutido. ¿Basay seguirá improvisando a Ormeño como el dueño de esa ubicación?. De la misma manera resulta preocupante ver como tampoco disponemos de un creador de la categoría que se exige. Basay se la jugó por un cuestionadísimo Miguel Ángel González que con un par de partidos en el cuerpo, la sensación que deja su rendimiento es que no estábamos tan equivocados muchos de los hinchas con la negativa a su llegada.
Y como si lo anterior no fuera poco, también genera preocupación el observar como algunos jugadores que no han mostrado nada en su paso por el Cacique, siguen teniendo oportunidades desaprovechadas. Como si jugar en Colo Colo fuese una simple pinchanga de amigos (Mauro Olivi es el más claro ejemplo)
Al parecer las cosas -nuevamente- no se hicieron bien y no sería extraño que en un par de semanas se esté hablando de lo mismo que se habló en los últimos años en materia de contrataciones. De jugadores sin nivel para el club y con un entrenador que no sabe ni entiende la manera de como se debe hacer frente a los desafios que se presentan.
En lo que respecta al partido del día de ayer y reafirmando lo sostenido anteriormente, el director técnico Ivo Basay presentó una oncena que en su diseño táctico vino a dejar una serie de interrogantes. ¿Qué pretendía el entrenador con Carlos Muñoz como puntero izquierdo? ¿Para qué modificar un esquema ya probado e improvisar en el debut con otro? ... En lo concreto el once que saltó a la cancha de Arellano fue con un 3-3-1-3 compuesto por: Prieto; Contretas, Vilches y Romo; Fuenzalida, Ormeño y Millar; González; Fierro, Paredes y Muñoz.
Y no tuvo que transcurrir mucho para darnos cuenta que el equipo no ofrecía nada nuevo. El fútbol rápidamente se centró por la banda derecha, con un Fuenzalida que volanteaba por aquel costado y un Gonzalo Fierro que se mostraba en aquella punta para lograr armar una que otra jugada de peligro que nunca prosperó. En la primera fracción al menos la intención existió. Pero por el sector izquierdo nada de aquello ocurrió. Con la pésima decisión de Basay de situar a Carlos Muñoz como puntero izquierdo y a Millar como volante por ese carril, finalmente se terminó por destruir cualquier intento de fútbol que los blancos quisieran generar. ¿En qué estaba pensando Basay al creer que Muñoz podía desempeñar ese rol, tomando en cuenta que el porteño es un centrodelantero por esencia?.
Y por el centro todo fue un desastre. Resultaba desconcertante observar como el 10 del equipo, el creador de Colo Colo y el que debiese ser el protagonista de la cancha, estaba escondido entre los volantes rivales y sin la capacidad de desmarcarse. Para los que estábamos en la cancha (en desmedro de lo que vieron el partido por TV) fue un hecho que provocó rápidamente la ira de los hinchas. El argentino cuando tomó el balón, siempre erró en el pase. Además de su escasa capacidad física para aguantar la marca que impuso el cuadro iquiqueño... No fue extraño que el mismo entrenador sustituyera al volante en pleno primer tiempo.
En la ofensiva, un deslucido Esteban Paredes que tuvo una oportunidad antes de los veinte minutos, pero no prosperó. Y un clarísimo mano a mano en la segunda etapa, pero inexplicablemente se la perdió, fue el escaso aporte del capitán. Si bien Paredes no ha tenido un buen arranque, al goleador todo se le perdona y al menos yo confío que con el correr de los partidos ya irá tomando forma.
Ormeño como volante central estuvo regular. A ratos pegó más de la cuenta, pero en términos generales es un jugador que al menos tiene actitud y permite empujar al equipo hacia el ataque. Lo irritante era justamente que fuera Ormeño el que buscara generar fútbol, mientras González caminaba por algún sector de la cancha. En cuanto a Millar, Basay lo improvisó como volante por izquierda y como tal, le correspondió colaborar a Romo en la tarea de defender por aquel sector. El chino buscando darle salida al equipo -sin conducción de González- se centralizó y descuidó la banda. Como consecuencia de aquello, bastante trabajo y riesgos tuvo que enfrentar el stopper por izquierda.
La defensa fue lejos lo que mejor se vio. Con una línea bastante acoplada, salvo las complicaciones de Romo ante las arremetidas rivales, sin duda que los más aplaudidos fueron Vilches y Contreras. El líbero ha mostrado solidez y sobriedad en las coberturas. Sin duda que con defensores de buen nivel a sus costados, el trabajo del Quili resalta de sobremanera. Y Pablo Contreras como stopper por derecha es un lujo. Bien en la marca, oportuno en el mano a mano y limpio en la salida. Un gusto ver al defensor visitiendo la camiseta del Eterno Campeón. Si no hubiese sido por la defensa y por la impericia de los rivales, Colo Colo habría debutado con una clara derrota.
Prieto como siempre. Tuvo una formidable que nos salvó del 0 a 1. Pero también tuvo de aquellas que nos pudo costar el gol en contra. El persistente temor que siento cuando el peligro está cercano al pórtico Albo, es una inseguridad que Colo Colo no debe seguir soportando.
La banca tampoco trajo soluciones. Vidangossy en reemplazo de González no fue para nada gravitante. En general a la gente le gusta el estilo cachañero de este jugador. Pero como lo he dicho en otras ocasiones, el ex Serena no era ni es la solución para el vacío en la creación. Pichangossy (como se le apoda) es un puntero, que arrastra marcas, que abre defensas y que es alternativa de ataque. Pero no es un 10.
En el entretiempo ingresó Olivi por Ormeño. Y de esa manera el esquema volvió al ya conocido 3-4-1-2. Millar y Fuenzalida asumieron las tareas de quite. Fierro volanteando por derecha y el ingresado Olivi por izquierda. ¿Y qué pasó?... nada!! Con el pampa por izquierda nuevamente no pasó nada de nada. No atacó, no defendió y ni siquiera entregó el balón a un compañero de equipo. Sin ganas, sin motivación y sin actitud. En síntesis, el aporte del argentino fue un verdadero desastre. Y la gente le reprobó su pésimo nivel... ¿Por qué no darle minutos a Bravo que sí es volante por izquierda y muestra muchísimo más que Olivi?
Fuenzalida a destacar. Empezó apegado a la línea y terminó como contención, pero con actitud, despliegue y un par de tiros de media distancia, fue uno de los pocos que buscó generar algo distinto.
Fuenzalida a destacar. Empezó apegado a la línea y terminó como contención, pero con actitud, despliegue y un par de tiros de media distancia, fue uno de los pocos que buscó generar algo distinto.
El que mejor entró desde la banca fue Roberto Gutiérrez. El delantero se mostró con movibilidad y con deseos de revertir el mediocre desemepeño colectivo. Buscó generar jugadas, especialmente con Fierro pero solo fueron intentonas que no fueron aprovechadas. El pájaro lo tuvo con un cabezazo, pero lamentablemente el balón dio en el travesaño.
De esa manera transcurrieron los minutos hasta que sonó el pitazo final. Un 0 a 0 con gusto a impotencia y a rabia. Con silbatinas y mucha molestia de parte de la gente. No solo por los altos precios de las entradas, sino que además con la sensación que el equipo no juega a nada y que muchos de los protagonistas no se esmeran en siquiera revertir la pésima imagen mostrada el año pasado. Pero también reconociendo que pudimos perfectamente salir derrotados de este primer partido. Porque Deportes Iquique tuvo al menos cuatro ocasiones claras de gol que pudieron amargar aun más el esperado debut de Colo Colo.